jueves, 21 de agosto de 2014

CIENCIA DESCUBRE QUE VER PORNOGRAFIA ENCOJE EL CEREBRO

Tres de los seis términos más buscados en Internet por niños menores de diez años son: “sexo, porno y pornografía”. La industria del sexo es actualmente la industria más poderosa y la que más dinero mueve, por detrás de la de los videojuegos y la primera en Internet. 


Para dar un ejemplo, en los hoteles las películas X facturan más que los minibares. Otra muestra del protagonismo que el sexo tiene en la sociedad actual, sociedad que algunos expertos definen como “ansiosa de sexo”, el término más buscado en Internet es “porno” y el segundo: “prono” (del error a la hora de escribir el primero).

Según un estudio llevado a cabo por el Instituto para el Desarrollo Humano de Berlín Max-Planck en hombres de entre 21 y 41 años, el consumo de más de 2 horas de pornografía diaria está directamente relacionado con la reducción de materia gris, además de provocar el deterioro de la zona del cerebro encargada de la toma de decisiones, el comportamiento y la motivación.

No se trata de un descubrimiento nuevo pues ya entre los años 2000 y 2004 varios estudios e investigaciones alertaron de una “sexualización” precoz de la infancia provocada por la sobreexposición del sexo en la sociedad y la inducción de comportamientos y poses sexualmente adultas a los más pequeños, especialmente a las niñas. Una sociedad en la que, según los últimos estudios, tres de los seis términos más buscados en Internet por niños menores de 10 años son: “sexo, porno y pornografía” y donde el 20% de los niños sufren abusos sexuales.

En el último programa de Cuarto Milenio, donde se trató el tema de la hipersexualización de la sociedad, José Carlos Aranda, Doctor en Filología Hispánica, resaltaba que la adicción al sexo, una patología que afecta a 3.000.000 de personas en España (entre el 6% y el 8% de la población), provoca un aislamiento del individuo dentro de la sociedad que lo lleva a permanecer separado de la familia, lo que lo hace más fácilmente manipulable y llega a convertirlo, en sus palabras, en “un zombi”.

Otro de los invitados a este programa, el Doctor José Miguel Gaona, psiquiatra y sexólogo, explicaba que en los últimos 20 años, dentro de la industria del sexo no sólo ha habido un aumento exponencial de su consumo, sino un cambio de tendencia hacia un “producto sexual” en el que prima la humillación y la violencia, así como la sumisión y la vejación de la mujer.

Japón, sexo por exceso y por defecto
El país nipón cuenta con la mayor industria sexual del mundo y es, sin embargo, uno de los lugares en los que menos sexo se practica. Esta contradicción se debe a la adicción al sexo virtual: la descarga de dopamina producida por el cibersexo es más rápida y satisfactoria que el esfuerzo de interactuar con una persona, tener una pareja y mantener una intimidad.

Se trata de un país con un alto porcentaje de adictos sexuales. Las descargas frecuentes de dopamina producidas por el consumo de pornografía enganchan al “usuario” que cada vez necesita más pornografía y cada vez más violenta o extrema para mantener los niveles de dopamina, de la misma manera que el drogadicto necesita dosis cada vez más altas de droga para satisfacer su adicción.

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