- Vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí – dijo Ernesto –; si es mi gran amigo Héctor, supongo que ya no estás resentido porque la condesa no te comprara aquel horroroso retrato.
- Buenas tardes, Ernesto, digamos que la cosa quedaría en paz si me ayudas a encontrar algo de información sobre un artista – le dijo mientras le tendía el trozo de papel donde estaba apuntado el nombre del autor.
- Hombre, pero si es mi gran amigo Bragolin, por supuesto que puedo darte información, pero el tema es… ¿qué saco yo a cambio? – dijo devolviendo el papel a Héctor.
- Supongo que lo de que quedemos en paz no es suficiente, ¿no?.
- Hombre, yo estaba pensando en algo más como un 30% de la venta; si es el cuadro que pienso, hay un buen beneficio para ambos.
- Un 20% y es mi última oferta (esa frase parecía funcionarle siempre).
- De acuerdo, un 25% y dejamos “en paz” el tema de condesa, al fin y al cabo somos “colegas” en este negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar.