La grasa que se acumula en la zona abdominal (la grasa visceral) es la más perjudicial que hay. Por tanto, tener un abdomen poderoso debería ser una prioridad sobre todo lo demás. Te damos las 5 claves que te ayudarán a tener un 'core' fuerte y liso ¡de una vez por todas! Por cierto, para que tus abdominales se 'vean' necesitas tener menos de 15% de grasa en tu cintura, algo que no es nada sencillo; ni siquiera tras meses de ejercicio. Pero lo fundamental aquí es reforzar la musculatura abdominal:
1. Cambia tu dieta: La alimentación es clave para que la grasa abdominal deje paso a unos abdominales fuertes. Y es que no vale comer 'de todo'. Elimina o restringe al máximo de tu dieta fritos, alimentos procesados, dulces, aperitivos, refrescos, alcohol... Y suma más verduras, fruta, carnes magras y pescado. Ganarás en calidad de vida y tus 'michelines' empezarán a desaparecer ¡y eso sin hacer apenas ejercicio!
2. Más agua: Para ayudar a depurar toxinas, que las antiestéticas estrías no aparezcan y mantener tu metabolismo activo necesitas más agua. No es que te recomendemos beber los míticos dos litros de agua al día, pero deberías saber que tener sensación de sed ya es un primer síntoma de deshidratación. Tu cuerpo agradecerá este impulso extra.
© MujerHoy La plancha lateral, un ejercicio que combina fuerza y equilibrio para fortalecer nuestra faja abdominal. Foto: Fotolia.
3. El descanso es fundamental: No dejamos de repetirlo. Tanto el sueño como el descanso del ejercicio son básicos para que el ejercicio sea eficaz. Tu cuerpo se recupera en las fases de 'relax', por lo que descuidar este punto puede hacer que nuestro entrenamiento se vaya al traste. Se puede producir hasta el denominado catabolismo muscular (destrucción del músculo), así que sigue nuestros consejos.
Deja al menos 24 horas de descanso (aunque 48 sería lo indicado) cuando ejercites tus abdominales de manera específica (ver punto 5) y duerme al menos 7 horas al día.
4. Ejercicio cardiovascular y anaeróbico: Con el ejercicio cardiovascular 'quemarás' grasa y con el anaeróbico aumentarás tu umbral de resistencia. Los dos son complementarios, no excluyentes. Por tanto, cualquier rutina de ejercicios que se precie debería incluir un poco de todo.
Si no te ves capaz aún de apuntarte a una clase grupal, ya sea CrossFit, Zumba o Spinning; prueba a empezar poco a poco con ejercicios de HIIT como el Tabata (son sólo 4 minutos). Tu pones la intensidad, el descanso entre series y el tiempo que le dedicas. Y acaba siempre con 15-20 minutos de 'cardio' (bicicleta, marcha suave, natación...) de ligero a moderado.
5. Ejercicios específicos: Desde los típicos 'crunches' de abdominales al Yoga, pasando por los hipopresivos o el Pilates; unos músculos fuertes y definidos se construyen con ejercicios específicos. Y los abdominales no son una excepción. Las claves son, atacarlos desde diferentes ángulos ('plancha', rodillas al pecho, puentes...), no caer en la rutina, incrementar la dificultad poco a poco... Y no sobrecargarlos. Al menor síntoma de agotamiento, para.
Y como siempre, te recomendamos que antes de 'ponerte a plan' consultes a un profesional de la salud (médico, fisioterapeuta, entrenador personal...) para que te aconseje y te proponga diferentes alternativas adaptadas a tu edad y condición física.
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