De 1950 a 1970 tuvo lugar una gran emigración del campo a la ciudad, en busca de mejores condiciones de vida, y se despoblaron muchos pueblos. Cientos de ellos quedaron vacíos, principalmente en Soria, Huesca y Guadalajara. En los años 80, comenzó la recuperación, en algunos casos, pero ya fue tarde para muchos que hoy son solo ruinas, aunque algunas forman parte de nuestro conjunto histórico. Estos son solo diez ejemplos.
1. Granadilla, Cáceres
© GONZALO AZUMENDI Las murallas rodean completamente Granadilla.
Fundado en el IX por los árabes -con alcazaba, mezquita y plaza de mercado- se llamó en un principio Granada, que cambió, cuando la conquista de la otra Granada. Completamente amurallado, en los años sesenta al hacerse la presa de Gabriel y Galán fue expropiado, se inundaron los campos y quedó rodeado por las aguas. Se cerró el portón que solo se abría el día de Todos los Santos cuando la gente venía a rezar a sus difuntos, los únicos que pudieron quedarse. En el centro, ahora con parterres, se encuentra la cuidada plaza Mayor desentonando en un pueblo vacío y al lado Ayuntamiento e Iglesia y, rodeándo todo, murallas y pantano. Todo él es museo, que se abre de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 18.00 (lunes, cerrado).
2. Belchite, Zaragoza
© FABIÁN SIMÓN El Pueblo Viejo de Belchite
Situado a 19 kilómetros de Fuendetodos -lugar de nacimiento de Goya-, fue destruido en 1937 y es un monumento a la guerra, si es que puede llamársele así. Se trata, seguramente, del único pueblo en el mundo que se conserva tal y como quedó después de los bombardeos, como muestra de la destrucción que puede causar una guerra. Hay visitas guiadas todos los días.
3. Escó, Zaragoza
© JUANJE 2712 Escó
En el límite entre Zaragoza y Navarra, estuvo habitado desde la Edad del bronce, y hay restos celtas y romanos. Fue importante enclave estratégico con castillo durante la Edad Media. Madoz lo visitó a mediados del XIX y es el más pequeño de los tres pueblos que despobló el pantano de Yesa en 1959 (los otros son Tiermes y Ruesta), cuando tenía unos 250 habitantes. Destaca la iglesia románica de San Miguel y la ermita (reconstruida) de Nuestra Señora de las Viñas. Está formado por dos barrios y actualmente solo residen en él cuatro pastores.
4. San Vicente de Munilla, La Rioja
© / PIGMENTOAZUL VISTA DEL PUEBLO DE SAN VICENTE DE MUNILLA
Quedó totalmente abandonado en los años sesenta debido a la emigración. Luego llegaron «okupas» que rehabilitaron algunas casas, y se creó una Asociación de Amigos de Munilla, que arregló otras. Destaca la iglesia de San Vicente (del XVI) y una ermita (restaurada) en lo alto del pueblo. Está situado en el Valle del Cidacos, conocido como el Valle de los Dinosaurios por las numerosas huellas de estos animales.
5. Cortiguera, Burgos
© CRISTINA E. LOZANO Casas de Cortiguera. En los escudos figura la fecha de construcción del edificio: 1701
Situado al lado del cañón del Ebro, en un paisaje espectacular. Se abandonó totalmente en 1965. Alberga ruinas de edificios y casas blasonadas de los siglos XVI, XVII y XVIII, algunas restauradas y que conservan escudos y fechas de construcción (1701), como las casas de los dos linajes del lugar (Del Moral y De la Fuente Bustamante). La Iglesia. invadida por la vegetación, es del XVII y cuenta con dos capillas góticas con restos de pinturas. El campanario, al que aún puede accederse desde dentro de la Iglesia por una estrecha escalera de piedra, cuenta con una techumbre de madera (en ruinas) y alberga una inscripción en la que puede leerse: Año 1864.
6. Sotillos de Caracena, Soria
© / ROWANWINDWHISTLER Casas abandonadas de Sotillos de Caracena
Cerca de la ciudad romana de Termancia y de la iglesia visigoda de Pedro. Este pueblo acogió hasta hace unos años conciertos que se enmarcaban en el proyecto «Poblando el silencio», que pretendia llamar la atención sobre estos pueblos abandonados. Sus casas han sido muy expoliadas, destacando la iglesia de San Miguel y su plaza donde se situaban las principales casas. Hay varios alojamientos rurales por los alrededores. Una pista conduce hasta otro despoblado, el de Manzanares, entre campos de cereales y arboledas.
7. As Veigas, Asturias
© JAVIER HABLADORCITO Un rincón de As Veigas, convertida en centro de turismo rural
Situada en la región de los Oscos, en el límite con Lugo, fue poblado por los ligures llegados de Italia. La aldea, muy bien conservada, es hoy centro de turismo rural. Destaca su iglesia (solo se abre una vez al año, el día de la fiesta en julio). Los alrededores son bosques de robles, castaños y avellanos, al lado del río Cabreira, y las casas son típicas, de piedra con tejado de pizarra.
9. Umbralejo, Guadalajara
© / XUANXU Calle de Umbralejo (La Huerce, Guadalajara) / XUANXU
En unas de las localidades de la llamada arquitectura negra, situado al pie del Pico Ocejón, en medio de un bosque de pinos silvestres. En 1971 el ICONA lo expropió y desde 1984 está integrado en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados. Se ha habilitado para campamentos de verano, y es visitable. Lo forman unas setenta casas, perfectamente rehabilitadas, y un museo de arquitectura al aire libre. Tiene horario de visita (lunes a viernes de 18 a 20, y sábados y domingo de 12 a 14 y 18 a 20).
8. Gallicant, Tarragona
© Fotografía de Gallicant tomada por la Asociación Tárraco
Era uno de los pueblos más antiguos del Priorat (en el Baix Camp), por donde pasaba la vía romana. Fue abandonado en los años 50 y sus habitantes se marcharon al cercano Arbolí (dista unos 7 km). Situado en un cerro, a 860 metros de altitud, goza de excelentes vistas. Hoy quedan nueve casas en ruinas. El lugar pertenece a Siurana, uno de los pueblos más bellos de Tarragona.
10. Ochate, Burgos
© MARIO MODESTO Ruinas de Ochate
Situado en el Condado de Treviño (dentro de la provincia alavesa), de siempre se le consideró pueblo «maldito», porque en él ocurrían extraños sucesos paranormales como luces, avistamientos y apariciones, lo que ha sido causa de investigaciones y psicofonías. Ya había sido abandonado en el siglo XIII y repoblado a mediados del XVI. La población desapareció en el XX debido a epidemias (y a que la carretera se desvió) y nadie quiso volver a habitarlo. Se conserva la torre de la iglesia de San Miguel de 33 metros, una ermita, y algunas casas en ruinas.
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